7 de septiembre de 2013

REBELDIA SUBVENCIONADA.



Rebelión: Delito contra el orden público, penado por la ley ordinaria y por la militar, consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del Estado, con el fin de derrocarlos

Los rebeldes de hoy en día en España, son aquellos que con subvenciones de las diferentes administraciones del estado confabulan contra el propio orden, el orden que les da de comer. Y es que en nuestra piel de toro abundan, cada cual con su hecho diferencial, toda una familia de “rebeldes subvencionados”. No hay provincia que se salve de la rebelión, desde el real decreto a la partida de la concejalía de juventud de turno, el dinero público se utiliza para alimentar las filas del gran ejército rebelde Ibérico. Una muestra de rebeldía acontece en nuestro hermoso País Vasco.

Un estereotipo de “rebelde Gudari”, representativo del colectivo del cucharón, es el cocinero Pablo Subijana entre otros, que se ofendió cuando utilizaron su imagen para una campaña vasca donde en el lema aparecía la palabra España, alegó que no le dijeron cual iba a ser el lema y es que, a su juicio, el País Vasco ya tenía un lugar en los mapas más allá de sus fronteras sin necesidad de vincularse a España. De hecho, apuntó, "hace tiempo que la cocina vasca se situó internacionalmente por sí misma". Lo que no apuntó este sufrido “rebelde”, es que un año antes vinculado a la palabra España iba un real decreto por el que subvencionaba con la cantidad de 7 millones de € al “Basque Culinary Center Fundazioa”, fundación que montó junto a seis cocineros vascos más, algunos de marcada tendencia a la “rebeldía de subvención”, a millón por barba o mejor dicho por barriga.

Y del “Gudari de cucharón”, pasamos a dos Etarras que quieren ser “mamás”. Nerea Bengoa y Elena Beloki, desde luego no es mi intención meter a todos en el mismo saco, porque no sería justo, cada uno con lo suyo. El tristemente conocido grupo terrorista ETA se ha nutrido a través de los impuestos, del fraude al ciudadano y de la corrupción política, de subvenciones a no se cuantos partidos políticos y asociaciones amigas del nacionalismo vasco radical y no tan radical. Supongo que ante la decisión de estas señoras de someterse a una técnica de fecundación in Vitro, el Servicio Andaluz de Salud, les comunicaría que el PER llega a todos, incluso a los vascos y que no se preocuparan que ellos corrían con todos los gastos, y también supongo que no sufrirán las listas de espera, faltaría más (en Cataluña por el sistema de sanidad público, mínimo dos años para esa intervención).


Siempre es de admirar aquel que poniendo en riesgo su honor, su vida o su profesión, se pone de parte del débil para defenderle del agresor. No siempre tendremos la oportunidad de escuchar a estos prohombres pues su búsqueda de justicia suele condenarles a la deshonra, la muerte o el paro sin otra opción que emigrar de su tierra natal. Joel Joan es uno de estos rebeldes no diré más sobre él por ahora, léanlo:
“¿Por qué es tan importante para mí todo esto, yo que soy un antinacionalista radical, un firme defensor del mestizaje, de la libertad, que me siento por encima de todo un miembro más de la humanidad? ¿Por qué me implico tanto con este tema cuando podría obviarlo como tantas otras hacen y no meterme en estos follones políticos que están fuera de mi interés profesional y personal?

“Porque por mucho que los españoles nos quieran hacer creer que este tema es anacrónico y que ya se resolvió durante la Transición, no lo está. Y no lo está porque
yo no estoy bien (y supongo que no soy el único). No estoy bien cada vez que me oigo dar más explicaciones de las necesarias cuando digo que soy catalán. No estoy bien cuando leo los diarios y miro los telenoticias y el discurso es siempre el mismo. No estoy bien porque estoy harto de tener dos nacionalidades, dos lenguas, dos personalidades. No estoy bien porque me gustaría saber de una puñetera vez quien soy. Porque necesito saber de dónde vengo por saber dónde voy.” Joel Joan, Despullant-me (Avui, 30.6.01)
Otra vida destruida por culpa de los españoles. Nuestro “rebelde” se autodenominó  “antinacionalista”, ¡vaya! como tantos profesores que se fueron, como tantas victimas de la violencia, como tanta gente que por no hablar la lengua del imperio no encuentra trabajo. Todo un ejemplo de “rebeldía” contra el nacionalismo, que le obliga a buscar refugio en uno de esos santuarios que todavía quedan en Cataluña, cada vez hay más lugares donde la gente como este libertador puede refugiarse y con trabajo duro, salir adelante. El santuario al que me refiero es la CCMA (Corporacio Catalana de Mitjans Audiovisuals).

No es una cuestión únicamente de rebeldes españoles, no señor. El ideal moderno del rebelde español ha traspasado nuestras fronteras y ahora, nos podemos encontrar con “Gudaris” de otras tierras en nuestra piel de toro, rebelándose a la forma moderna (o sea pillando subvención). Una de las partidas de rebeldes subvencionados que más famosa se ha hecho últimamente han sido los Latin Kings. Estos rebeldes, que pretenden usurpar la autoridad del estado, para dominar, cada columpio, cada banco, cada una de nuestras fuentes, parques, barrios y ciudades han sido legalizados en virtud de la ley de asociaciones catalana y la ley orgánica de asociaciones -vigente en toda España- según han informado fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, que ha tutelado el proceso.  Este tributo disfrazado de experimento sociológico, legaliza la extorsión. Eso si, para que se integren, el primer paso ha sido pasar por el aro el nombre, antes Latin Kings - no sonaba bien, ahora es “Associació Cultural de Reis i Reines Llatins de Catalunya” - suena mejor.

Orígenes árabes son los nuestros y ellos siempre han estado presentes en nuestra sociedad, debe ser por eso que le pillaron el gustillo a esta forma de rebeldía tan nuestra, la subvencionada.
Leí en un diario qué, el coordinador del Consejo Islámico y Cultural de Cataluña (esto huele a subvención), Jamal El Attouaki, pidió a las empresas flexibilidad horaria, y a los trabajadores musulmanes, que reivindiquen sus derechos porque "las leyes que protegen la libertad religiosa también contemplan el mes de ayuno y las pausas para orar". 
La dirección general de Afers Religiosos subvencionó hace unos años al Consell Islàmic i Cultural de Catalunya con 412.180 euros en el marco del “convenio plurianual 2008-2011 para proyectos de convivencia e integración de la comunidad musulmana" (www.webislam.com)
¿Proyectos de convivencia e integración? ¿Pero esa pequeña fortuna donde ha ido? Se lo preguntaremos a Mohamed Chaib, diputado del PSC y miembro del Consejo Consultivo de Marruecos en el exterior. Y de paso que le diga al sátrapa marroquí, que levante la bota en el Sahara.  Supongo que ese dinero se planteará para sacar a los muchachos magrebies de la miseria, la ignorancia y del tráfico de drogas (como vemos en el Raval) entiendo que se destinará para las dificultades específicas que tienen, o para la incorporación de la mujer magrebí o árabe a nuestra sociedad laica o aconfesional, en definitiva, para ayudarles, para educarlos. Con ese dinero se podría montar una escuela y sobraría. Pero se me olvidaba, esa subvención, es para la rebelión.

De todas las organizaciones “rebeldes de la subvención” (y mira que hay) mi preferida es UGT. En su esfuerzo por hacer frente reivindicaciones y a las problemáticas de la clase trabajadora, esta organización centenaria ha entrado y salido de la legalidad en numerosas ocasiones a lo largo de la historia del siglo pasado. Pero si tenemos que citar el momento histórico donde la UGT se ha llenado de “Gloria”, si buscamos ese momento, lo encontraremos en la actualidad, con el famoso lema sindical “som una naciò”. Y es que este gigante de la “rebelión subvencionada” por fin ha hecho una declaración de intenciones. Cataluña es una nación, la subvención ha quedado asegurada por los siglos de los siglos.
Me voy sin citar a Marruecos o a las estrellas “rebeldes” del cine español o a tantos y tantos partidos y organizaciones de “Izquierda” y “Progres” que luchan cada día para hacer la vida de la gente más esclava, más oprimida y más sectaria. Eso sí, siempre por nuestro bien.

¿No estaremos haciendo como Roma en su decadencia, pagar tributos a los pueblos “bárbaros” para que se abstuvieran de pasar sus fronteras?
¿Agobiaremos con más impuestos a nuestros ciudadanos, para seguir pagando tributos, a los “bárbaros”?

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